Las máscaras de una espiritualidad falsa
En los primeros capítulos del Bhagavad gita, nuestro héroe Arjuna, demuestra dos de las máscaras más habituales que debe eliminar el espiritualista honesto, una máscara se refiere al esfuerzo de presentarse como alguien bueno y santo ante los demás, y la otra máscara tiene que ver con mostrarse como alguien desapegado o místico.
Ser bueno, santo, desapegado o místico no tiene nada de malo y puede ir de la mano de una espiritualidad auténtica, pero cuando éstas cualidades, se usan sólo para presentarse como un espiritualista, mientras a la vez se esconden oscuras motivaciones ulteriores, estamos en un problema y es aquí donde el yogui sincero se enfrenta con su primer experiencia en el camino de la espiritualidad auténtica: eliminar sus máscaras pseudo yóguicas.
Pero aparte de éstas dos, existen muchas otras máscaras desde donde el espiritualista principiante se esconde queriendo representar su papel yóguico. ¿Cuáles son?
La máscara del místico paranormal:
Querer mostrarse como espiritual sin todavía tener algún desarrollo que lo sustente, es una tarea difícil. Así que mucha gente intenta lograr esto a través de la demostración de habilidades más fáciles de conseguir, que a pesar de que no son auténticamente espirituales, cuentan con una imagen que la gente confundida lo asocia enseguida a un camino espiritual.
Así que estas personas se pondrán máscaras de propuestas pseudo espirituales, tales como la prestidigitación, pseudas canalizaciones, intuiciones mágicas espirituales, lectura de aura, o cualquier cosa que le ayude a mostrar poderes que los otros no tienen. El es especial y “rarito”, por lo tanto es “espiritual”.
La máscara del galán espiritual:
Hoy en día más que nunca existe todo un merchandising para lucirse como un galán espiritualista: collares, mantos, peinados, maneras de hablar, frases cliché, etc.
La persona bajo esta máscara empleará mucha energía y recursos en trabajar en su imagen, más que en su evolución interna. Así que será experto en copiar maneras de actuar de grandes santos y yoguis de la historia; sus apariencias y forma de hablar y actuar, producirse con peinados y vestimentas yóguicas.
La máscara del discurso espiritual
En este caso la persona adopta en su vocabulario, todo tipo de slogan, frases y jergas que no son propias de su personalidad, sino de los estereotipos espirituales o new age, habla en tonos de voz artificiales sólo para que parezca que lo que dice es más espiritual.
Yo recuerdo un compañero de vida espiritual, que cada vez comenzaba a hablar de algún tema espiritual, tanto su cara como su voz se transformaban, parecía como que encarnaba a otra persona, la naturalidad y el buen humor que lo caracterizaban se esfumaban y en reemplazo aparecía un tipo de maestro que hablaba “desde las alturas”.
La máscara del revolucionario:
Hay personas que necesitan confirmar su práctica y nivel espiritual con grandes cambios realizados en forma externa, cambios innecesarios en sus vidas, profesión, pareja, estudios, otras ocupaciones y responsabilidades.
Ellos esconden su falta de espiritualidad interna, en toda una revolución externa, de esta manera, mueven a todos y todo por afuera, sin que nada se toque realmente por dentro.
Cuando se comienza la vida espiritual auténtica debemos saber que no existe más grande y notoria revolución que la que ocurre en nuestro corazón, no serán necesarios otros cambios. Los cambios de relaciones, de ambiente, de trabajo, se llevan a cabo automáticamente para aquel que ha cambiado su corazón. No hace falta forzar estas circunstancias, no deben realizarse en forma caprichosa y/o nacida de nuestras propias especulaciones o paradigmas, ya que corremos el riesgo de estar escondiéndonos detrás de un disfraz mientras dejamos durmiendo nuestro espíritu.